CREVI

Un problema detectado desde hace mucho tiempo en el ámbito visual, tanto en salud como en educación, es la ausencia de un servicio destinado a la atención a personas con discapacidad visual una vez dadas de alta por las especialidades oftalmológicas. En el afán de contribuir a solucionar esta situación la Asociación Santa Lucía ofrece servicios de Rehabilitación Visual, desde el año 2014, en el denominado Centro de Rehabilitación visual Integral. Todo ello surge a partir de la participación de sus terapeutas en el curso FORMACION DE REHABILITACION VISUAL EN BAJA VISION (2013-2014) desarrollado en el marco de la Campaña Global EFAVI, con el apoyo de ICEVI Y CBM Fueron facilitadoras del mismo las renombradas profesionales: • O.D Ninoska Contreras M. Optometrista (Venezuela) • Dra. Bertha García. Oftalmólogo. (Ecuador) • T.B.V. Lic. Belkis León. Terapeuta – Rehabilitadora. (Venezuela) Todas ellas miembros del Grupo especial de BV de ICEVI, Proyecto Educando en Baja Visión. Este curso contó con el reconocimiento del Ministerio de Educación y Cultura a través de la Dirección General de Educación Inclusiva y de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Asunción.
Muchas personas (niños, jóvenes o adultos) con patologías visuales, que no han perdido totalmente la visión, forman parte de un grupo conocido como de baja visión. Ellas precisan de Rehabilitación visual integral, proceso encaminado a obtener el máximo aprovechamiento posible del resto visual que posee la persona con baja visión. Esto implica optimizar el funcionamiento de ese resto visual para que la persona pueda realizar nuevamente las tareas que habitualmente hacía o que se espera que haga para su edad. Por ejemplo leer, escribir, asistir al lugar de estudio, manejarse en forma independiente en su hogar o la calle, jugar, etc. En el CReVI este trabajo se realiza desde una perspectiva multidisciplinaria de trabajo colaborativo entre el terapeuta, el oftalmólogo y el óptico. La atención es personalizada partiendo de las posibilidades visuales, necesidades e intereses de cada persona.
Aportar al mejoramiento de la calidad de vida de las personas con baja visión a través de la rehabilitación visual integral, contribuyendo a su desempeño autónomo y a la plena inclusión social.
• Evaluación de la visión: A cargo de oftalmólogos especializados en baja visión. La valoración oftalmológica permite determinar la capacidad funcional visual y a partir de ésta se determina la rehabilitación indicada para cada paciente. Si bien en el CReVI no se ofrece atención oftalmológica, los terapeutas recomiendan los especialistas apropiados para cada caso. • Prescripción de ayudas: Conforme al diagnóstico de la etapa anterior en esta etapa se seleccionan las ayudas técnicas adecuadas, que pueden ser ayudas ópticas, no ópticas, no visuales o electrónicas. • Entrenamiento visual que incluye dos procesos: • Estimulación visual: Tiene como objetivo promover el desarrollo de las funciones visuales en el niño (a) con el fin de lograr la máxima eficiencia en su funcionamiento visual. La intervención llega hasta donde las funciones visuales y el desarrollo psicomotor del niño lo permiten. La estimulación visual también se usa en usuarios que por efecto de un trauma craneoencefálico o evento cerebro-vascular la requieren, previo al entrenamiento visual. • Entrenamiento visual propiamente dicho: Tiene como objetivo mejorar la eficiencia y funcionalidad visual para el desarrollo de habilidades y destrezas en la utilización del residuo visual que permita al usuario un mejor desempeño. Es la etapa en que se enseña a usar las ayudas ópticas prescriptas dando todos los soportes técnicos convenientes para que la persona no tenga dificultades en su ámbito cotidiano para salir adelante con la mayor facilidad posible.
Orientación y Movilidad buscando disminuir la limitación en las actividades de movilidad tanto en el día como en la noche utilizando técnicas de seguridad y otros elementos que permitan a la persona tener un desplazamiento seguro, eficiente y autónomo en cualquier lugar conocido o desconocido. Habilidades para la vida diaria: Se realiza el entrenamiento para mejorar la capacidad de ejecución de las tareas de auto cuidado, tareas domésticas y otras habilidades sociales. Apoyo en tecnología informática: Dirigido a aprender o volver a usar celulares, computadoras y otros dispositivos.